CHINA, NO ES AMENAZA

Por Teodoro Rentería Arróyave
15 de febrero de 2008

Desde hace más de 35 años, tiempo del convenio de intercambio profesional que tienen suscrito el Club Primera Plana y la Asociación de Periodistas de la República Popular de China, hemos insistido en la necesidad de que México volteara su mirada hacía ese enorme país porque puede representar, por su potencial, un socio de primer nivel tanto en las relaciones bilaterales, como en las multilaterales. Ese argumento ha sido refrendado por su embajador, Yin Hengmin.

Con motivo de nuestros frecuentes viajes al gran tigre de Asía, hemos criticado la actitud timorata de algunos funcionarios y empresarios mexicanos por ese temor al imperio del norte, que siempre ha mantenido una publicidad contraria a China para servir a sus propios intereses. Toda esa propaganda la lleva al cabo Estados Unidos a pesar o mejor dicho para favorecer su papel de intermediario, en ese contexto, se ha convertido en su principal importador, y lo más repugnante, en el principal trampolín para obtener pingues ganancias al través de un comercio con falso etiquetado de origen.

En la sesión comida de trabajo del Club Primera Plana con el embajador, Yin Hengmin, el propio diplomático descartó que China sea una amenaza para México, ya que su desarrollo da oportunidades y beneficios a todo el mundo, es un buen socio, dijo, desde luego que así es, representa un mercado de mil 300 millones de consumidores.

Explicó, para que se tenga una clara idea de ese mercado, que su país tiene tal potencial que puede importar infinidad de productos de todo el orbe, de ahí su atractivo para las inversiones foráneas; actualmente las 500 empresas más importantes del mundo están en China, con inversiones de alto rango.
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En vista de que México y China, insistió, son dos países grandes y en desarrollo, los mexicanos deben ver a China como un posible socio con el que pueden ganar juntos, por lo que “no hay que tenerle miedo”.

Además, une a ambos una cultura milenaria, por lo que también debemos de desarrollar el intercambio en ese renglón tan sustantivo. Ahí está la tradición de siglos que por ninguno motivo podemos desperdiciar, sino por el contrario enriquecer a favor de ambos pueblos.

Para entender mejor el proceso de desarrollo de China, su embajador puso especial énfasis al recordar que en este 2008 se cumplen 30 años del proceso de reforma y apertura de China, con el que ha conseguido grandes éxitos, entre otros el crecimiento anual sostenido de 9.7 por ciento.

La historia nos aclara que China, abruptamente entró en 1949, de un país feudal a un país socialista y desde 1978 esa gran apertura al exterior y esa extraordinaria reforma económica, le ha permitido crecer como ningún país lo ha logrado en toda la historia de la humanidad.

China está más abierta al exterior que nunca, dijo el embajador, Yin Hengmin, por tanto sus relaciones con México, establecidas desde 1972, son buenas, pero es necesaria incrementarlas en beneficio mutuo en todos los ámbitos político, comercial y cultural. China, nunca olvidará que en tiempos del presidente, Luis Echeverría Álvarez, México propició su ingreso a Naciones Unidas.

Por todo lo anterior, se antoja decir: fuera timoratos. La alianza, la sociedad, la hermandad chino-mexicana es la oportunidad para impulsar un gran futuro para ambos pueblos. China, no es amenaza.

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