VENTA DE PLAYAS

Por Teodoro Rentería Arróyave
11 de junio de 2007

Continúa saliendo escoria del régimen panista anterior de Vicente Fox Quesada; ahora resulta que el anterior titular de la paraestatal, Fondo Nacional de Fomento al Turismo, John McCarthy, habría que investigar si verdaderamente es mexicano, se dedicaba a vender playas, transacciones estrictamente prohibidas por la Constitución que nos rige.

No sólo los habitantes de Cancún, sino además el presidente municipal de Benito Juárez, Francisco Alor, el gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto y hasta turistas denunciaron la tranza consistente en privatizar Playa Delfines, uno de los pocos espacios públicos de la zona, para construir, ya se imagina usted, clubes privados para la gente bonita del primer mundo. El asunto promete otro gran escándalo.

Por lo pronto, como lo publica en forma destacada el diario La Jornada, pobladores de Cancún y no se asombre, hasta turistas, protestaron ayer por la venta de una parte de Playa Delfines. Fueron cientos de personas las que acudieron a manifestarse en defensa de su ''última ventana al mar'', según declararon los defensores ambientalistas.

Los manifestantes hicieron gala de ingenio cuando en la Playa Delfines de la zona hotelera de Cancún, acusaron al Fondo Nacional de Fomento al Turismo, FONATUR, de vender parte de ese espacio público para la construcción de dos clubes privados al demandar que se revoque la venta que realizó en 2005, cuando John McCarthy era su director general, pero se dio a conocer apenas la semana pasada con frases como:

''Gobierno ocioso, mi playa no es negocio''; ''De playa Delfines, fuera, malandrines''; ''Gobierno, comprende, Delfines no se vende''; "Calderón, los mexicanos no somos gente de segunda; regresa nuestra playa", y ''Fonatur, detente, ya fue suficiente''.

Al final, los habitantes de Cancún como los turistas, por cierto entusiasmados, firmaron un documento de adhesión a la queja. Esta es la segunda protesta, asegura la nota, por la venta de una parte de la playa más grande de Cancún. La primera fue el domingo de la semana pasada, cuando un grupo de estudiantes obstruyó algunos minutos el tránsito en bulevar Kukulcán, cerca de Playa Delfines.

En forma cínica, por su parte el Fondo Nacional de Fomento al Turismo no tuvo más remedio que reconocer que sí lo hizo, que había vendido alrededor de cien metros lineales junto a la playa pública para que inversionistas privados construyan dos clubes. Y se defendió con el falso argumento de que se trata de tres lotes que se ubican a un costado del terreno destinado a Playa Delfines, pero insistió en que nunca formaron parte de ésta y que estuvieron ''desocupados'' durante 30 años, por lo que daban la impresión de ser una parte del espacio público.

Estaban desocupados, como los pillos en todas las ciudades y en todas partes del país que andan en la busca de terrenos desocupados para quedarse con ellos. Sin embargo, el plan director de desarrollo urbano y los registros del ayuntamiento de Benito Juárez, donde se encuentra Cancún, señala que el terreno de Playa Delfines es uno solo y no cinco, como afirma FONATUR, y que siempre, afirma, estuvo destinado a ser un solo espacio público. Por lo pronto, lo que es una verdad, es que continúa saliendo escoria del régimen panista anterior de Vicente Fox Quesada. El asunto promete otro gran escándalo.

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