LA SEPTIÉN GARCÍA

Por Teodoro Rentería Arróyave
5 de noviembre de 2009

En aquellos tiempos cuando se iniciaba la segunda mitad del Siglo XX, los jóvenes que deseábamos cursar la carrera de periodismo no teníamos mayores opciones, para ser sinceros sólo había una: la muy querida y respetada Escuela de Periodismo Carlos Septién García, que no obstante su sello conventual -era un reducto de Acción Católica-, ofrecía un estudios a la altura de los mejores en el mundo.

A ella ingresamos y por supuestos antagonismos fuimos expulsados, como debe ser, después de aclarados los entuertos, regresamos y terminamos la carrera, uno de nuestros, sin ambages, mayores orgullos.

Para ubicarnos en el tiempo y en el entorno, en esos tiempos la hegemonía correspondía a los periodistas empíricos, los egresados de la academia éramos bichos raros. En verdad fuimos tratados mal. Con el tiempo esa situación se revertió, ahora la gran mayoría de los periodistas en ejercicio son egresados de universidades escuelas de educación superior, con una salvedad, nosotros siempre hemos reconocido como grandes periodistas y mentores de generaciones a los colegas empíricos.

Con motivo de la presentación del libro: Mi vida son mis amigos, una historia de los noticiarios en México, siempre estuvieron presentes en el recuerdo perecedero los nombres de dos ilustres directores de nuestra Alma Mater, Fernando Diez de Urdanivia y Alejandro Avilés; nos fue por tanto muy grato saber que entre los presentes estaba el muy querido amigo, Fernando Diez de Urdanivia, nada menos que el hijo del primer director de la Escuela.

Y esto fue lo que escribió. Querido Teodoro: Me hubiese gustado publicar algo acerca de tu libro, pero como mi carrera de periodista ya terminó y estoy sin tribuna, recurro al género epistolar para manifestarte mi reconocimiento no sólo por esas páginas con las que encuentro tantas afinidades, sino sobre todo por tu calidad de comunicador y hombre de familia que logró el sueño de todo padre que quiere hacer de sus hijos personas de primer nivel.

Creo que la aparición de "Mi vida son mis amigos" es una profesión de fe, una posibilidad de reafirmar la que tenemos quienes seguimos creyendo en la amistad y una enseñanza que debería llegar a los muchos, a los demasiados que hoy la sacrifican en las aras del interés egoísta.

Al paso por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García con distancia de algunos años; a tu generosa participación cuando el Club de Periodistas presentó la recopilación que hice de los artículos de mi padre, fundador de nuestra querida alma mater; a las afinidades que nos acercan cada día más, se agrega hoy la celebración de este libro tuyo que es resumen de una vida donde ejercicio profesional, capacidad de crítica positiva y amor a los semejantes han sido factores nada comunes que hacen de Teodoro Rentería Arróyave un ser humano excepcional digno de admiración y, si me permites, también de envidia y no de la buena, sino de la malísima que corroe las entrañas.

Te suplico transmitas a Silvia, tu amorosa cómplice, mi reconocimiento por estos logros. Felicidades con todo afecto.

Querido Fernando Díez de Urdanivia, nuevamente estás en los medios.

Periodista y escritor. En teodoro@libertas.com.mx y felapvicemex@hotmail.com agradeceré sus comentarios y críticas. En vivo, de lunes a viernes a las 20:00 horas, tiempo del centro, en las frecuencias en toda la República de Grupo Radio Fórmula. En la ciudad de México, en el 14 70 de A. M. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.com, www.clubprimeraplana.com.mx