CINISMO

Por Teodoro Rentería Arróyave
24 de septiembre de 2007



A la muy estimada colega, Gabriela Gallegos Ávila presidenta de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, AMMPE-Durango y a todas las socias de esa enjundiosa organización, en el día que protestaron como nuevas integrantes de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX ante su presidente Roberto Piñón Olivas y por ende ahora también pertenecientes a la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP. Felicidades.


Durango, Durango. Demasiado se ha hablado y escrito sobre el ex huésped de Los Pinos, Vicente Fox Quesada y su cónyuge, Marta Sahagún, sobre la intolerable y cínica exhibición de sus riquezas, acumuladas en seis años presidenciables eminentemente frívolos, sin que ninguna autoridad asuma plenamente su responsabilidad de investigarlos y de resultar culpables de los ilícitos que se le imputa, consignarlos ante los tribunales correspondientes.


Una de las frases de contenido cierto y certero del entonces presidente, José López Portillo, y que no obstante que se ha convertido en lugar común, es de necesidad recordarla en casos como los que nos ocupan, es aquella preocupante sentencia: “lo más terrible que nos puede pasar es convertirnos en un pueblo de cínicos”


El colega columnista, Abraham García Ibarra, en una ocasión escribió: “Una economía desnacionalizada atrapada por el crimen de cuello blanco, un sistema político chapoteando en la inmundicia, la sociedad civil enferma y una enorme masa laboral en fuga al extranjero dejando millones de familias desintegradas, son los crueles rasgos que identifican al México neoliberal. En la era del PRI, José López Portillo profetizó que nos encaminábamos a convertirnos en “país de cínicos”. En tiempos del PAN, la maldición se ha cumplido. Sangre y luto nos aprisionan en un negro túnel sin luz de escape”.


Exactamente lo anterior es lo que nos debe de preocupar, críticos de Vicente Fox Quesada desde tiempos prolegómenos a su candidatura presidencial, explicamos una y otra vez sobre este hombre inculto y soberbio que pretendía llegar a la Presidencia de la República con un sólo propósito: el personal, es decir, sin tener ni entender nada sobre lo que significa el poder emanado del voto popular, carente de conocimientos y experiencias jamás pudo convertirse en un estadista que urgentemente requería la nación. De ahí el desastre en que dejó al país.


Eso no le importa ni le aflige a la ex pareja presidencial, que según ambos siguen siendo presidenciales, una ficticia “presidencia” que detentan por “decreto” de Martita; según sus órdenes a Vicente se le debe de seguir llamando: “presidente”, así a secas, o “presidente Vicente”, o “presidente Fox” y en casos protocolarios: “señor presidente Vicente Fox Quesada”.


En esta feria de las vanidades exhibida sin el menor de los escrúpulos, por el contrario con el “descarado cinismo”, al que se ha referido el antiguo alátere y ahora principal denostador de Vicente Fox y familia, Lino Korrodi, tal parece que lo que menos importa es el país, porque la misma ha trascendido las fronteras. Una especie de palacete, para unos emperadores de zarzuela.


En la revista Quién de la editorial Televisa, no podría ser de otra, es donde la parejita de San Cristóbal dio a conocer el ranchito de antaño convertido en majestuosa mansión, se exhiben cínicos en una riqueza que ofende al pueblo, a millones de mexicanos que por medio de la mercadotecnia que todo lo decora al gusto del cliente, fueron engañados como nunca antes en la historia moderna del país. Creyeron en un “gobierno del cambio”, que desde los primeros meses dio muestras de que era el del supuesto gobierno del cambio y que al final se convirtió en un desastre.


Pero no sólo eso, además de enrarecido y agotado por toda clase de escándalos, ahora es señalado como corrupto, y de ellos hay denuncias en la Procuraduría General de la República, denuncias contra la pareja Fox-Sahagún, que involucra a parientes: al hermano del ranchero y a los hijos de Martita, los hermanos Bribiesca ahora señalados en un ilícito más, el fraude a Petróleos Mexicanos por más de 6 mil millones de pesos.


Asegura el presidente, Felipe Calderón Hinojosa que es de mano dura y que no le tiembla para imponer la ley. Esperamos que cumpla, no permitamos con nuestro silencio, a que México se convierta en un país de cínicos, ya basta de impunidades.


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