EL FORMATO DE “EL DEBATE”

Por Teodoro Rentería Arróyave
19 de septiembre de 2007

Como lo hemos mencionado en incontables ocasiones, el día del señor presidente o del señor gobernador con motivo de sus respectivos informes anuales de Gobierno, en el primer caso, se terminó y para siempre y en el segundo, está en vías de extinción; por lo que es de hacerse un recuento de los diferentes formatos que para la ceremonia de entrega se han presentado en los últimos años, principalmente el muy novedoso de “el debate”, inaugurado por el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto y recientemente por el Jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón.

En años anteriores, resaltemos el llevado al cabo por el entonces gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola Vera, quien se presentaba ante el Congreso, leía un resumen de su informe y luego celebraba un acto masivo ante sus invitados con toda la antigua parafernalia. Le funcionó bien.

Otros gobernadores optaron por presentarse a entregar el documento por escrito y retirarse, algunos, cuando no estaba ordenado en la Constitución local, enviaban con su Secretario de Gobierno el documento.

Lo más dramático ocurrió con Vicente Fox Quesada en el último año de su cuestionada gestión, se presentó a la sesión de Congreso General, como está previsto en la Carta Magna, y se tuvo que conformar a entregar su informe a las puertas del Salón de Plenos del Palacio de San Lázaro, pues se le impidió la entrada.

Con Felipe Calderón Hinojosa, en base a las negociaciones, entró al Salón de Plenos, pero no llegó a la Tribuna Más Alta de la Patria, envió un breve mensaje de entrega y se retiró en un ambiente de cortesía y civilismo. Al día siguiente, se volvió a la antigüita ceremonia en Palacio Nacional con todo y la imaginaría protocolaria.

De mucha altura el formato de “el debate”. En el caso del Gobernador Peña Nieto, asistió al Congreso a rendir su Informe y luego tuvieron lugar dos rondas de debates con legisladores previamente escogidos por sus respectivas bancadas. En el patio central de Palacio de Gobierno se instaló un espectacular escenario con dos magnas pantallas de televisión que llevaron la señal del acto a los invitados del Jefe del Ejecutivo, como en la sala de la casa, pero aquí con la oportunidad de saludar a los personajes que se mueven entorno a la política estatal y algunos con relevancia nacional. Al final el gobernador obsequió su presencia.

En cuanto a Marcelo Ebrard, todo se desarrolló en el recinto de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y tuvo que soportar las críticas y las acometidas de la oposición, sin que ello implicara una situación que fuera más allá de las buenas costumbres parlamentarias.

Al Jefe de Gobierno, es de reconocerle el interés de su administración por fortalecer las medidas encaminadas en el aspecto social, como el seguro del desempleo, la educación pública, el transporte masivo y sus dos demandas: una Constitución Política para la capital del país y contrarrestar la Reforma Fiscal que le quita a los defeños 3 mil millones de pesos.

En el formato de “el debate” podría estar el futuro de los informes presidenciales, el de los gobernadores de las entidades federales, y por qué no, hasta el de los presidentes municipales. Felipe Calderón Hinojosa, consciente de que el “día del señor presidente” se acabó y para siempre, sin la testarudez y necedad de su antecesor, buscó por todos los medios inaugurar dicho formato para el Jefe del Ejecutivo Federal; las circunstancias especiales sobre todo por los resabios todavía no superados de los conflictos postelectorales, no se lo permitieron, pero sin duda, es el mejor camino. Dejémoslo al tiempo.

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