TERRATENIENTE MUNDIAL

Por Teodoro Rentería Arróyave
miércoles 28 de febrero de 2007-02-27

Era de sospecharse, y ahora lo documenta un despacho de Altercom, la Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad, el Pentágono o lo que es lo mismo las fuerzas militares de Estados Unidos, se ha o se han constituido en el terrateniente más extenso en toda la historia mundial.

En un trabajo de investigación periodística del Poeta y escritor argentino, Juan Gelman, avecindado en nuestro país desde su exilio en 1976, nos da cifras reveladoras irrefutables de cómo Estados Unidos se ha ido apoderando de bastiones de tierra en todas partes del planeta para plantar sus bases militares.

Parece increíble, comenta, que uno de los terratenientes más grandes del mundo, o seguramente el más acaparador de tierras, sea el Pentágono. Según cifras oficiales de 2005, sus 737 bases militares en todo el mundo más las que posee en territorio propio ocupan una superficie de 2.202.735 hectáreas.

Algo así como el territorio del Estado de México, pero muy estratégicamente repartido en este planeta tierra.

Lo anterior no es un mito. Los datos del imperio figuran en el Base Structure Report el BSR, por sus siglas en inglés, un inventario anual del Departamento de Defensa de EE.UU. que registra la proliferación de tales bases a partir del 2002.

Juan Gelman, que se exilió en México por la dictadura militar fascista argentina que le arrancó su hijo y su nuera embarazada, afirma que el colonialismo, antes consistía en la ocupación militar permanente de países enteros, ahora prefiere la permanencia de sus fuerzas armadas en superficies estratégicas

En abundancia a lo anterior, el historiador Chalmers Johnson señala en Nemesis: The Last Days of the American Republic (Metropolitan Books, 2007) que las cifras del BSR no incluyen las 106 guarniciones estadounidenses instaladas en Irak y Afganistán desde mayo del 2005 ni las construidas en Israel, Qatar, Kirguizistán y Uzbekistán. Tampoco las 20 que las fuerzas norteamericanas comparten con tropas locales en Turquía, de propiedad del gobierno de Ankara, pero bases norteamericanas al fin.

Ni la mayoría de las que en Gran Bretaña se dedican al espionaje de las comunicaciones mundiales: su valor total asciende a 5.000 millones de dólares y están convenientemente disfrazadas de bases de la Royal Air Force. O la enorme base Camp Bondsteel de Kosovo, edificada en 1999 por una subsidiaria de la Halliburton que aún se ocupa de su mantenimiento. "Si la cuenta fuera honesta -subraya el autor-, la dimensión real de nuestro imperio militar probablemente ascendería a unas mil bases en el extranjero, pero nadie -tal vez ni siquiera el Pentágono- conoce su número exacto."

Detentar estos enormes espacios de tierra en todo el planeta le asegura a la más grande potencia, que haya conocido la humanidad, mantener la fuerza de su maquinaria bélica para sojuzgar al mundo, por ello estamos de acuerdo con Gelman cuando dice que la construcción de un imperio ofrece éste y otros detalles descomunales y a la vez pasmosos.

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