A CELEBRAR EL TRIUNFO

Por Teodoro Rentería Arróyave
23 de octubre de 2008

El Senado de la República aprobará hoy jueves integralmente la Reforma Energética después de que por consenso de todas las fuerzas políticas representadas en la Cámara alta, suprimieron todos los aspectos privatizadores, ante ello Andrés Manuel López Obrador, defensor a ultranza de nuestros recursos naturales, debe celebrar el triunfo de la lucha nacionalista por la integridad de Petróleos Mexicanos, PEMEX, que ha encabezado.

Todos los líderes parlamentarios de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Verde Ecologista en conferencia de prensa conjunta dieron a conocer que además cuenta con el aval del Frente Amplio Progresista, en consecuencia la batalla contra la privatización de Petróleos Mexicanos, PEMEX, está ganada.

Por su parte, los grupos más amplios en la Cámara de Diputados pronosticaron que la próxima semana, cuando llegue al pleno la mencionada Reforma Petrolera, su debate y votación transcurrirá dentro de los cauces parlamentarios, ya que los siete dictámenes tienen consenso, después de que se depuró en sus aspectos privatizadores.

En forma singular es de resaltarse que el Frente Amplio Progresista, integrado por los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, elogió los logros y reiteró que en la iniciativa no veía “tintes privatizadores”.

Como es de reconocerse, esta Reforma Energética, nada tiene que ver con la que envió el presidente Felipe Calderón Hinojosa, que sí apoyaba la intervención del capital privado y sobre todo, en forma desnacionalizada, el extranjero, que como es del conocimiento público, prohíbe tácitamente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Los comentarios de los líderes parlamentarios sorprenden por la unidad de criterios, cuando hace apenas unos meses se desgarraban las vestiduras por sostener sus criterios partidistas. El panista Gustavo Madero Muñoz, presidente del Senado, encomió en conferencia de prensa el diálogo y disposición de los grupos parlamentarios y reconoció los alcances de la reforma, la cual, dijo, “no es una reforma coja, ni corta, es una gran reforma”.

Por su parte el priísta, Manlio Fabio Beltrones sostuvo que es una reforma “donde todos hemos cedido y todos han concedido, en donde encontrar un triunfador de la misma sería inadecuado, y que pensamos nosotros que en el momento en el que esta reforma una y no divide, modernice y no privatice, conseguimos el objetivo que nos fijamos con responsabilidad ante un México que hoy necesita de todos”.

El perredista, Carlos Navarrete Ruiz, quien después de una reunión con el líder moral del PRD, Andrés Manuel López Obrador, dijo que “la fuerza de la política se impuso en el Senado”, al tiempo que reprochó a quienes consideren que es una “mini” o “micro” reforma: “No es una minirreforma, es la posible que se pudo construir, es la mejor reforma para PEMEX, la que no divida, como dijo el senador Beltrones”.

Luis Alberto Anaya Gutiérrez, del PT, el único en reconocer a López Obrador su papel en el movimiento de defensa de PEMEX, sostuvo que celebró que “por fin se hayan logrado acuerdos para que se dejen de lado las intentonas privatizadoras y las posturas dirigidas a violar el espíritu del artículo 27 Constitucional”.

Lo dicho: Andrés López Obrador, el defensor a ultranza del nacionalismo petrolero, debe dejarse de nimiedades y celebrar el triunfo de una Reforma Energética antiprivatizadora. A celebrar el triunfo de la lucha nacionalista.

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