EL COLONIALISMO ESPAÑOL

Por Teodoro Rentaría Arróyale
17 de julio de 2007

Al muy estimado amigo, el cartonista cubano-mexicano, Ángel Boligan por su premio compartido con su colega brasileño, Dalcio Machado, que otorga Turquía y al que se le considera el "Oscar de la Caricatura". La obra premiada de Boligan, es la titulada "El Abuelo". Felicidades sinceras.

Por nuestros comentarios de todos conocidos en no pocos medios, se nos puede tachar de hispanófilos, y desde luego que tienen razón; amamos a la España de la cultura, de sus costumbres, de su arte, del idioma que nos heredera, de su humanismo; nunca la Iberia del colonialismo, de la inquisición y del franquismo, y mucho menos en este Siglo XXI la España del neocolonialismo ni del neofranquismo, que como se puede comprobar los más añejos empresarios de la península tratan de revivir en una falta absoluta a la soberanía de México, un país que a muchos nacionales de esa nación europea dio asilo y protección.

Es verdaderamente sorprendente y desde luego inadmisible que valiéndose de la visita de Estado del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, los empresarios españoles desde la cúpula de sus organizaciones, sin pudor y rubor algunos, se dedicaran a dictar una agenda para su exclusivo beneficio al presidente, Felipe Calderón Hinojosa.

Fue verdaderamente una retahíla, un rosario no de peticiones, diríamos de exigencias, una especie de chantaje para seguir invirtiendo en nuestra nación, que como ninguna otra les deja extraordinarias ganancias, sobre todo en los ramos de la banca y el turismo, sin eufemismo tal parece que estos empresarios son los consentidos de los gobiernos del cambio. Espejitos por oro como hace cinco siglos.

Primeramente la reforma fiscal fue blanco de críticas de los empresarios españoles al cuestionar y criticar ante la presencia de ambos mandatarios a la que llamaron ''polémica'' Reforma Fiscal, la joya de la corona de Calderón Hinojosa, sobre todo el impuesto conocido como el CETU, Contribución Empresarial a Tasa Única; porque según dijeron, no ofrece seguridad en la inversión y mucho menos a la extranjera. En otras condiciones estaríamos acusando a los hispanos de entrometerse en asuntos internos del país, pero otros son los tiempos y otros son los modos.

El ataque despiadado a la reforma fiscal y las exigencias chantajistas corrieron a cargo, nada más y nada menos, que del presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de ese país, Javier Gómez Navarro, al asegurar que la ''polémica'' contribución empresarial a tasa única (CETU) generará incertidumbre e inquietud.

Y luego las exigencias: La construcción de un nuevo aeropuerto de Quintana Roo, pero en Tulum, por que el de Cancún se convirtió en una ''ratonera'' durante el huracán Wilma, no contento con la petición precisó: nada de agrandar el de Cancún, queremos un nuevo aeropuerto; para luego demandar al Ejecutivo mexicano que se mantenga alerta en el tema de seguridad.

Y siguió el rosario: Ventanilla única para sus solicitudes y permisos, porque a veces se tardan mucho; construcción de infraestructura, sobre todo hospitales, escuelas y centros de formación profesional; seguridad en la tenencia de la tierra, seguramente las de las costas, y para terminar, la ampliación de la autopista Cancún Tulum

Sin inmutarse y sin sonrojos llegó tácito el chantaje, al afirmar don Javier Gómez Navarro que las inversiones españolas en México dependen de la respuesta del presidente Calderón Hinojosa. Todavía nos estamos preguntando: ¿Qué razones tuvo el Jefe del Ejecutivo para no poner en su lugar al impertinente empresario de los chantajes? Queremos a la España de la cultura, del arte y del humanismo, nunca más el colonialismo español.

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