REVELACIÓN, NO; CONFIRMACIÓN, SÍ
Por Teodoro Rentería Arróyave
29 de junio de 2007



Los últimos documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, la tenebrosa y temida CIA, unas setecientas dos cuartillas, genéricamente bautizados por los historiadores como “Las Joyas de la Familia”, desde luego que no revelan nada nuevo, confirman cínicamente lo ya muy conocido: Que el gobierno de Estados Unidos con la ayuda poderosas de corporaciones y de la mafia cubana-estadounidense intentó asesinar en múltiples ocasiones al presidente cubano, Fidel Castro Rus. La joya revelada esta semana nos hace saber que entre agosto de mil 1960 y abril del siguiente año se intentó envenenar al líder isleño, a los ocho meses de llegar al poder. La fracasada invasión de Bahía de Cochinos abortó el magnicidio.

Nuestra enunciación de que no se trata de una revelación sino precisamente de una cínica confirmación, se comprueba plenamente, por que los documentos desclasificados ahora, dan cuenta exacta de la historia contada por el bocón Johnny Roselli, un miembro menor de la mafia que actuó de intermediario para la CIA. Fue una maniobra de chantaje frustrado, común en ese medio de espías contra espías y demás especimenes, por lo que se pudo conocer la primera versión del frustrado magnicidio.

La historia es peliculesca y sin embargo está ajustada a la verdad. La prensa internacional, en México el diario La Jornada, describen que el documento desclasificado que da cuenta de cómo se intentó envenenar al primer comandante Fidel Castro, apenas ocho meses después de que asumió el poder en Cuba, confirma las informaciones publicadas por el diario The Washington Post en 1971, contadas como ya dijimos por el delator mafioso Johnny Roselli.

Esta es la historia: El caso salió a la luz pública porque Roselli fue procesado en noviembre de 1967, primero por inmigración ilegal, y en diciembre de 1968 por fraude. Ante ello, Roselli amenazó a la CIA con contar los intentos de asesinatos de Castro si no lo ayudaban. El servicio secreto denegó el auxilio, y Roselli reveló a The Washington Post los detalles que este martes confirmó la CIA.

Según el documento, el propio Roselli estaba dispuesto a pagar 150 mil dólares, cerca de un millón al cambio actual, por la muerte de Castro. Primero se contactó al funcionario cubano Juan Orta, que tenía acceso al héroe de Sierra Maestra, el cual recibió de la CIA varias píldoras con veneno que debía diluir en la comida del líder revolucionario cubano, sin embargo, fracasó.

"Después de varias semanas de aparentes intentos", dice el informe de la CIA, Orta "se enfrió" y pidió salir de la operación. "Él (Orta) sugirió otro candidato que hizo varios intentos sin éxito", continúa el documento.

El tercer candidato fue "el doctor Anthony Verona, uno de los principales dirigentes de la Junta Cubana en el exilio", que supuestamente se cansó de la ineficacia y se ofreció para cumplir la misión, sin embargo, Verona no llegó a actuar porque la operación fue cancelada después de la invasión de Bahía de Cochinos.

Esta es la cínica historia hoy confirmada, al igual que todas las actividades ilegales de la CIA realizadas en el periodo de 1953 a 1975, con lo que se demuestra que el gendarme del mundo es Estados Unidos, precisemos, la cúpula de su gobierno paniagudo con las poderosas mafias del dinero y el crimen.

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