LA REFORMA EN CUBA

Por Teodoro Rentería Arróyave
17 de octubre de 2010



Desde el exordio, a cargo del comandante en jefe Fidel Castro Ruz, del documento que anuncia, propone y convoca a la discusión la nueva política económica de Cuba, es de considerarse que se trata de una Revolución dentro de la Revolución y que podría significar, toda proporción guardada, el despegue del desarrollo de la isla como hiciera y lo lograra la República Popular de China en aquel 1979 en que lanzó su política de Reforma Económica y Apertura al Exterior

También, toda proporción guardada, nos atreveríamos a comparar a Fidel Castro Ruz con Mao Zedong, padre de la patria, y a su hermano y sucesor, Raúl Castro Ruz con Deng Xiaoping, el padre de la China moderna.

Raul precisa el cambio: La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella depende la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social.

Desde el inicio, en el rubro de los Lineamientos de la Política Económica y Social, se precisa, obvio, que en la nueva etapa se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución, y que en la actualización del modelo económico, primará la planificación y no el mercado.

Así mismo, se insiste en que la política económica que se propone está presente el socialismo que es igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo. El trabajo es a la vez un derecho y un deber, motivo de realización personal para cada ciudadano, y deberá ser remunerado conforme a su cantidad y calidad.

En este párrafo radica el filón de la apertura que se vislumbra para la economía cubana después de que el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que se celebrará en la segunda quincena del mes de abril del próximo año, en ocasión del 50 Aniversario de la Victoria de Playa Girón y de la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución Cubana, apruebe la revolucionaria reforma que favorece la realización personal del cubano en base a su conocimiento y trabajo.

El Congreso necesariamente realizará una valoración sobre el estado de la economía y los problemas a resolver, teniendo en cuenta los principales acontecimientos y circunstancias de orden externo e interno desde el momento mismo que se acepta que Cuba sostiene una economía abierta y por tanto dependiente de sus relaciones económicas externas.

El modelo de gestión reconoce y estimula, en lo profundo de su Reforma, que además de la empresa estatal socialista, que es la forma principal en la economía nacional, estarán las empresas de capital mixto, las cooperativas, los usufructuarios de tierras, los arrendadores de establecimientos, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que contribuirán a elevar la eficiencia del trabajo social.

Desde luego, en su política social, es compromiso fundamental preservar las conquistas de la Revolución, tales como el acceso a la atención médica, la educación, la cultura, el deporte, la recreación, la seguridad social y la protección mediante la asistencia social a las personas que lo necesiten.

Sin discusión: Fidel es y será el padre de la patria y después del VI Congreso, Raúl será recordado como el padre de la Cuba Moderna.

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